Corriente didáctica critica
Transcurre en la década del 80.
Principales representantes: Contreras, Barco, Barriga.
La didáctica comienza una etapa signada por la crisis, pero
con conciencia de los obstáculos que existen en torno a su objeto y su campo. Las
teorías críticas comienzan a denunciar el pretendido carácter neutral de la
disciplina.
Muchos autores desde el exilio no dejan de reseñar estos
devenires en torno a la crisis de la didáctica y el anuncio de la necesidad de
redefinir su objeto y campo a la luz de las nuevas teorías que develan la
imposibilidad de una didáctica neutra y netamente prescriptiva.
En este contexto ¿Qué voces se escuchan? ¿Cuál es el objeto
de la didáctica?
Magda Bécker Soares (1985) refutando que el objeto de
estudio de la didáctica fuera el proceso de enseñanza-aprendizaje, propone como
objeto de estudio “el aula”, lo que es y lo que en ella ocurre y transcurre. La
autora agrega “tal vez fuese ya tiempo de buscar lo que nunca buscamos: la
descripción del fenómeno para el cual estamos prescribiendo, que estamos
denunciando pero que, en verdad, desconocemos. Solamente a partir de esa
descripción de la practica pedagógica, tal como realmente ocurre en el aula,
podremos intentar elaborar una nueva Didáctica para una competencia técnica que
se fundamente no en una mera denuncia, sino en el conocimiento de la practica a
que esa denuncia de refiere”.
Considerando la obra de Díaz Barriga, vemos que para este
autor el término “didáctica” remite a distintas acepciones. Se sostiene que una
persona es “didáctica”, cuando es clara, concreta, ordenada y coherente en sus
explicaciones. Asimismo, una clase recibe el calificativo de “didáctica”
cuando, además de lo anterior, es interesante y atractiva. Desde esta
perspectiva queda claro la existencia de una ignorancia social sobre el
verdadero ser de la didáctica, por ello referirá a tres tipos de ignorancia:
social, de interpretación, de diversos tipos y niveles de teorías.
Si se ignora es necesario que como ciencia comiese a
producir saberes propios para que adquiera legitimidad y visibilidad en el
entramado político de las ciencias.
A la hora de plantear el status epistemológico de la Didáctica
ciertas definiciones no son ingenuas.
La versión positivista de la ciencia, considera que esta, en
tanto conocimiento metódico, riguroso y estrictamente científico en el sentido más
tradicional del término, es desinteresada y neutra, es decir, desprovista de
valores.
La Didáctica se refiere entonces, al logro de determinados
objetivos educativos. Por ello, desde una óptica positivista, la Didáctica no
era considerada ciencia sino teoría practica.
Entonces redefinir su objeto y su campo se torna en
urgencias y más aun pone en evidencia la necesidad de tomar conciencia de que
es una disciplina científica aunque aun
este conformándose y sentando sus bases.
Contreras Domingo (1990) sostiene que la didáctica es la
ciencia de la enseñanza y que se podría decir que es la disciplina que explica
los procesos de enseñanza-aprendizaje para proponer su realización consecuente
con finalidades educativas. Tiene una dimensión explicativa y una proyectiva,
no son autónomas, sino que se requieren e iluminan mutuamente. El progreso
científico de la didáctica se fundamenta en la relación dialéctica de estas dos
dimensiones.
El autor sostiene “EXPLICAR para PROPONER los procesos de
enseñanza-aprendizaje”. La dimensión
proyectiva debe comprender la realidad para la que proyecta la intervención. Lo
que explica “Explicar para proponer” es la relación de dependencia del
componente explicativo respecto del compromiso con la práctica.
Según Contreras la
enseñanza es una práctica humana que compromete moralmente a quien la realiza.
La enseñanza es una actitud humana en la que unas personas ejercen influencias
sobre otras. Estas influencias se ejercen de una parte, en relación de
desigualdad de poder y autoridad entre profesor y alumno, y de otra, responden
a una intención educativa. La enseñanza es una práctica social que excede a su comprensión
como producto de decisiones individuales, generando una dinámica que solo puede
comprenderse en el marco del funcionamiento general de la estructura social de
la que forma parte. Lo que ocurre en clase depende de la estructura de
organización del aula, la cual se entiende en relación a presiones tanto
extra-aula como intra-aula, las cuales pueden ser o no apreciadas por el
profesor o los alumnos. Es importante intentar comprender la estructura social
del aula a la vez como el producto del contexto simbólico y de circunstancias
materiales.
Binomio enseñanza-aprendizaje: no significa que para poder
hablar de enseñanza tenga que ocurrir necesariamente el aprendizaje. Existe
relación entre ellas pero no es causal, sino de dependencia ontológica. La
tarea central de la enseñanza es posibilitar que el alumno realice las tareas
del aprendizaje.
El aprendizaje es el resultado de asumir y desempeñar el
papel de alumno, no es un efecto de la enseñanza como causa. Hay que reconocer
un marco institucional y una estructura organizativa dentro de la cual se
pretende que el alumno lleve a cabo las tareas para el aprendizaje.
Los procesos de enseñanza-aprendizaje son un fenómeno que se
vive y crea desde dentro, esto es, un proceso de interacción por parte de quien
se halla en posición de autoridad para definir el régimen básico de actuaciones
y disposiciones destinadas a hacer posible el aprendizaje; y un proceso
determinado desde fuera, en cuanto que forma parte de la estructura de
instituciones sociales entre las cuales desempeña funciones que se explican
desde el papel que juega en la estructura social, sus necesidades e intereses.
Contreras define el proceso de enseñanza-aprendizaje como un
sistema de comunicación intencional que se produce en un marco institucional y
en el que se generan estrategias para provocar el aprendizaje.
Corriente didáctica contemporánea
En
este tiempo, la didáctica, se encuentra en un momento en el cual parece actuar
como receptora de un sinnúmero de influencias de otras disciplinas. El
desarrollo de la epistemología es fundamental para la didáctica, para el
trabajo que la didáctica tiene que hacer sobre el conocimiento, que es
precisamente, lo que se transmite a través de la enseñanza. Sin fundamentación
epistemológica, sería imposible el trabajo serio y riguroso en la didáctica
general y en las didácticas especiales. El reconocimiento de esta deuda
extraordinaria obligada a volverse sobre sí misma y a repensarse.
Pero
en el momento actual, el problema principal que enfrenta la didáctica es que
las ciencias sociales, desde mediados del siglo XIX, se han desplegado de forma
extraordinaria. Hoy existe enorme cantidad de perspectivas que permiten mirar
desde distintos puntos de vista y con distintas modalidades, el mismo objeto
social y el propio campo de lo social. Así como la cantidad de enfoques es muy
grande, los objetos que se construyen desde esas perspectivas, sobre la base
supuesta de un objeto real común, también a
su vez son diferentes. De este
modo, la percepción, interpretación y explicación de cada uno de los objetos
sociales se hacen enormemente complicadas.(Camilloni, A.)
Según Alicia Camilloni (1966) “se podría definir a la Didáctica
como una ciencia social estructurada en torno a algunos supuestos básicos,
hipótesis y conceptos comunes a mas de una teoría científica y centrada en un
definición de su objeto de conocimiento y de acción: la enseñanza como proceso
mediante el cual docentes y alumnos no solo adquieren algunos tipos de
conocimientos sin calificar sino como actividad que tiene como propósito
principal la construcción de conocimientos con significado”
Susana Barco (1996) define a la Didáctica como la intersección
de las propuestas teóricas con las prácticas educativas, en lo que parece un
intento de definir a la didáctica en el marco de la formación y la práctica
docente, corriendo el eje hacia la acción.
Barco sugiere estudiar el fenómeno de la clase escolar,
aunque no lo explicita, deriva de este enfoque la necesidad de ampliar la
mirada al contexto grupal, al institucional y al sistema educativo en general,
como factores intervinientes en el fenómeno de la clase.
Barco (1989) afirma que “si aceptamos que el objeto de
estudio de esta disciplina es la clase (el aula), es menester aclarar cuál es la dimensión a la
que se la acota”.
Edith Litwin (1996) entiende a la Didáctica como una teoría
acerca de las prácticas de la enseñanza significadas en los contextos socio-históricos
en que se inscriben. Desde esta perspectiva se plantean interrogantes acerca
del significado de la buena enseñanza y de la enseñanza comprensiva, acerca del
lugar del conocimiento científico y del conocimiento a enseñar, acerca del
currículo y de su complejidad, acerca de las buenas preguntas y de las
explicaciones didácticas, entre otras.
Las practicas de la enseñanza constituyen una totalidad que
permite distinguir y reconocer el campo en que se inscriben tanto en lo
epistemológico como en lo sociohistórico. Las prácticas de la enseñanza
presuponen una identificación ideológica que hace que los docentes estructuren
ese campo de una manera particular y realicen un corte disciplinario personal.
Definir las prácticas de enseñanza nos remite a distinguir
la buena enseñanza y la enseñanza comprensiva:
Antes “buena” se refería a una enseñanza exitosa. En este
contexto, la palabra “buena” tiene una fuerza moral, que equivale a preguntar
qué acciones docentes pueden justificarse basándose en principios morales y
capaces de provocar acciones a los alumnos. Tiene una fuerza epistemológica,
que equivale a preguntar si lo que se enseña es racionalmente justificable y
digno de que el estudiante lo conozca, lo crea o lo entienda.
Para que la enseñanza sea comprensiva, debería favorecer el
desarrollo de procesos reflexivos, el reconocimiento de analogías y
contradicciones y recurrir al nivel de análisis epistemológico. La comprensión
es un proceso activo y depende de la estructura de la clase y de la actividad
que genera el docente, el tipo de actividad comprensiva que despliega el
alumno.
Al analizar tanto la buena enseñanza como la enseñanza
comprensiva, estamos haciendo referencia a los contenidos de los campos
disciplinarios. Hay que reconocer que los currículos escolares seleccionan
históricamente conceptos, ideas, principios, relaciones dentro de los
diferentes campos. Esta selección es arbitraria y valida determinados
conocimientos en un momento particular.
Es probable que científicos o investigadores, en el caso de
ponerse a pensar qué conocimientos seleccionarían con el objetivo de ser
enseñados, nos remitieran a otros diferentes de los propuestos por los
profesionales que los confeccionan. El problema reside en que muchos de estos
investigadores no se han enfrentado nunca con el problema de enseñar los
resultados de sus trabajos, dado que sus
comunicaciones se dirigen a la comunidad académica de su campo de producción y,
por lo tanto, no tienen que preocuparse por los problemas de comprensividad. La
problemática que implican los recortes particulares que se generan nos permite
diferenciar por un lado, la disciplina, y por otro, los inventarios organizados
para la enseñanza, que dividieron las disciplinas en asignaturas que consisten
en organizaciones arbitrarias con un fuerte poder clasificatorio. Recuperar la
disciplina implica recuperar sus problemas, sus principios, sus relaciones con
otras y entre sus constructos. Implica reconocer por qué un problema es propio de
su campo y como se investiga en ella. Para hacerlo se requiere conocer cuáles
son los temas que se investigan en el campo, cuales son los limites que están
en discusión, sus problemas centrales, el modo de pensamiento que le es propio.
Recuperada la disciplina, deberíamos diferenciar su
estructura sustancial de la estructura sintáctica, entendiendo que la
sustancial abarca las ideas o concepciones fundamentales que suelen ser las
constituyentes del currículo, mientras que la sintáctica que suele ser ignorada
o reducida al método propio de la disciplina en cuestión, es la que, enmarcada
en cada campo disciplinar, constituye la expresión de los criterios con que
cada disciplina sostiene aquello que es un descubrimiento, una comprobación o
la calidad de sus datos.
Las diferenciaciones mencionadas nos permitirán distinguir
los conocimientos disciplinarios de los protodisciplinarios; esto es, aquellos
que son previos a la enseñanza de las disciplinas: formas parcializadas que
permiten en la edad infantil su compresión, su tratamiento, y, por tanto, su
transposición por los medios de comunicación. La protodisciplina consiste en la
superación de las concepciones intuitivas y constituye una manera particular de
iniciar los tratamientos disciplinarios. Se enseña protodisciplina en la
escuela primaria y son tratamientos protodisciplinares las propuestas de divulgación
científica hechas por los mismo científicos cuando pretenden encontrar formas
que permitan la comprensión de determinados temas para públicos heterogéneos
sin poner en juego las estructuras sintácticas de las disciplinas.
Si reconocemos que los estudiantes difieren en la manera
como acceden al conocimiento en termino de interés y estilos, nos deberemos
preocupar por generar puertas de entrada diferentes para que inicien el proceso
de conocimiento. Howard Gardner señala que podemos pensar en el conocimiento de
un trema como en el de una habitación a la que se puede acceder desde
diferentes puertas. Sus investigaciones sugieren que cualquier materia rica,
cualquier concepto importante para ser enseñado puede encontrar por lo menos
cinco formas de entrada diferentes: narrativa, lógico-cuantitativa,
fundacional, estética y experiencial. Esta clasificación no impide reconocer
que muchas veces las puertas de entrada se superpongan o se ensanchen según
nuestros estilos y comprensiones. Los estudiantes varían en el sentido de qué
puerta eligen y qué ruta es más cómoda para seguir una vez que ganaron el
acceso a la habitación. Un docente habilidoso es una persona que puede abrir un
número importante de diferentes entradas al mismo concepto. Dado que cada
individuo tiene un área de fortaleza, es conveniente reconocerla en el docente
y en los alumnos para reconocer riquezas de enfoques, entender incomprensiones
y tratar de construir puentes entre estilos y posibilidades (Gardner, 1993)
Cristina Davini (1996) sostiene que la didáctica es una
teoría de encrucijada que reúne aportes de diferentes disciplinas para
construir lo que es su objeto de conocimiento, la enseñanza. Esta autora brinca una nueva definición de la
Didáctica, que enriquece y complementa a la anterior:
“…cabe pensar que el papel de bisagra de la didáctica, entre
la teoría y la acción, necesitaría de la recuperación del discurso de la pedagogía.
Este no se agota en la integración de la sociología al currículum, de análisis
institucional, de la psicología del aprendizaje ni en cualquier teoría
descriptivo-explicativa. El estatuto teórico de la pedagogía implica la
construcción de un proyecto de política social y cultural en el campo de la
educación, que otorgue sentido a la proyección de la enseñanza…”
La autora observando la evolución de la didáctica distingue
dos fugas:
Por un lado, la construcción de las denominadas
“megateorías” en el campo de la didáctica general, comprometidas con un
discurso interpretativo que pretende reunir el abanico de producciones
científicas en un marco global comprensivo, con la consecuente pérdida de
producción de “reglas de acción”. Estas “megateorías” tienen la gran virtud de
reunir muchas teorías de distintos orígenes y, a su vez, la gran limitación de
no poder operar sobre la acción debido a su “peso excesivo”. Al incorporar
tantas dimensiones y variables se va convirtiendo en una teoría
interpretativo-descriptiva y no en una teoría práctica (para la acción).Gimeno
Sacristán podría situarse como expresión de ésta “megateoria”
Por el otro lado, la elaboración de “teorías diafragmáticas”
en las didácticas especiales que, focalizando la mirada en una o dos dimensiones,
reducen el proceso de enseñanza a una tarea formativa en las distintas materias
y se constituyen como teorías autonomizadas y fragmentarias.
Las didácticas especiales por disciplina se están consolidando como teorías “diafragmáticas” con pretensión expresa o latente de neta autonomización. Los trabajos de Yves Chevallard, Brousseau y el grupo de los IREM (institutos de investigación de enseñanza de la matemática) de Francia representan la concreción de una teoría “diafragmática”, correspondiente a las didácticas especiales por disciplina, en este caso, de la matemática. Lo que se enseñe y como se enseñe tiene que depender exclusivamente de los matemáticos, que son los únicos que dominan al objeto y sus reglas inmanentes.
Las didácticas especiales por disciplina se están consolidando como teorías “diafragmáticas” con pretensión expresa o latente de neta autonomización. Los trabajos de Yves Chevallard, Brousseau y el grupo de los IREM (institutos de investigación de enseñanza de la matemática) de Francia representan la concreción de una teoría “diafragmática”, correspondiente a las didácticas especiales por disciplina, en este caso, de la matemática. Lo que se enseñe y como se enseñe tiene que depender exclusivamente de los matemáticos, que son los únicos que dominan al objeto y sus reglas inmanentes.
La didáctica general y sus especializaciones están mucho más
unidas que lo que una primera visión puede suponer, las separan cuestiones no
exactamente referidas a estructuras conceptuales diversas. Debería pensarse a
la didáctica general y a las didácticas especiales como campos cooperativos que
se alimenten mutuamente y construyan alternativas para la acción de los
docentes.
A modo de cierre...
Comenio ha sido reconocido como el Newton de la educación por su contribución al legado de un cuerpo científico capaz de albergar en su seno la perspectiva de la enseñanza para que el hombre conquistara su humanidad en el marco de una sociedad democrática y guardiana de la paz. Su colosal sistema necesitaba asegurar que otros pueblos no destruyeran esta posibilidad y de ahí que pensara que era necesario prever vínculos internacionales.
Comenio ha sido reconocido como el Newton de la educación por su contribución al legado de un cuerpo científico capaz de albergar en su seno la perspectiva de la enseñanza para que el hombre conquistara su humanidad en el marco de una sociedad democrática y guardiana de la paz. Su colosal sistema necesitaba asegurar que otros pueblos no destruyeran esta posibilidad y de ahí que pensara que era necesario prever vínculos internacionales.
Comenio nos legó, para la Didáctica, el profundo compromiso
con la sociedad y la delimitación de su objeto de estudio: la enseñanza.
Tal como señalara Piaget (1996) no debemos pretender que las
soluciones de Comenio se adecuen a nuestro siglo, porque su contribución más
importante es la delimitación que hizo de problemas educativos en su
vinculación con la sociedad, problemas aún vigentes y hacia los que se orienta
la investigación didáctica cuando se la entiende en intima relación con los
flagelos que acosan a los pueblos: la desigualdad, la pobreza, la injusticia,
la exclusión.
¿Ustedes que piensan sobre la Didáctica? ¿Qué opinan sobre lo escrito en mi blog? ¿Qué objeto de estudio les parece el indicado para nuestro campo? ¡¡NOS LEEMOS!!
Julieta Elizabeth Matar. DNI: 37212859
¿Ustedes que piensan sobre la Didáctica? ¿Qué opinan sobre lo escrito en mi blog? ¿Qué objeto de estudio les parece el indicado para nuestro campo? ¡¡NOS LEEMOS!!
Julieta Elizabeth Matar. DNI: 37212859
Julieta...muy interesante tu blog.
ResponderEliminarNos invita a pensar en los aportes del campo disciplinar de la didáctica...pero fundamentalmente que la enseñanza es un tema "complejo".
Vi que traés aportes de autores que aclaran el tema...Camilloni, Litwin y Davini nos ayudan a entender la constitución d ela disciplina...
Vilma Pruzzo y Steiman tambien aportan...
Bueno, por ahora nada mas.
María Lujan Fernández
Alguien me puede decir en que se relaciona el texto de Becker Soares una disciplina en busca de su identidad con el texto de camilloni herencias deudas y legados?
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